Seguro que deseas como saber la estructura de un cuento. Bien, pues en este artículo vamos hablarte de las tres partes de un cuento que son las mismas que debes estructurar para escribir cualquier otra historia.
La introducción
En la estructura de un cuento «la introducción» es uno de los pasos, quizá, más importantes, porque es donde los lectores decidirán si siguen con la lectura. En esta parte se presentan los personajes protagonistas y lo relevante de la historia para poner en situación de lo que vendrá a continuación. Es importante dar a conocer en los aspectos literarios de un cuento el entorno de los personajes y dónde se sitúan los hechos. Como hablar de la cantidad de personajes que encontramos en la historia, cómo son, qué les ocurre, describir su ropa, su entorno…
El nudo
En la parte del nudo, se plantea el problema o la situación a enfrentar. De esa manera el lector podrá -a la vez que indaga en la historia- hacer suposiciones de las posibles soluciones. Esto querrá decir que el cuento es dinámico y es capaz de fluir con su audiencia: los personajes necesitan algo, tienen un problema o necesitan lograr un objetivo (o varios), para arreglarlo pueden hacer esto o aquello…
El desenlace
En el desenlace, como la propia palabra lo indica, se encuentra la resolución de la historia, en la consecución de ese objetivo que planteamos en el paso anterior.
Resumiendo, estructurando la historia de esta manera, conseguiremos que nuestra idea sea sólida:
– Presentar a los personajes.
– Su entorno.
– Conocerlos.
– Comprender la cuestión que los llevará al final del cuento.
A partir de ahí, ya tenemos, más o menos, la estructura de un cuento y podremos decorarlo como queramos: añadir más personajes, si es necesario; introducir un nuevo conflicto o meta, así como todos los posibles caminos que queramos. Ahí debe de entrar en juego nuestra imaginación, que no tiene límites.
¿Es siempre necesario narrar siguiendo el orden: planteamiento, nudo y desenlace?
No, no es ni necesario, ni obligatorio. Es lo recomendable, puesto que de esta manera es más fácil llegar a tener lista la estructura de un cuento, pero si tu historia te pide empezar por el final, no hay nada de malo que modifiques esta pauta. Ya sabemos que el orden de los factores no altera el producto, por lo que puedes jugar con los elementos de un cuento como si fueran piezas de tu propio puzle mental. Y si no encajan a la primera, no desistas, seguro que con añadir unas piezas más, todo queda perfecto y en su sitio.
Brainstormnig o lluvia de ideas para la estructura de un cuento
Volviendo a la temida fase del inicio, tienes que tener claro que, cuanto más pueda llamar la atención, mejor. El porcentaje de abandono de la lectura se decide, prácticamente, en las primeras páginas de un manuscrito. Por lo que no temas a tu creatividad, déjala que se vuelva un poco loca (pero sin pasarte). Un ejemplo para lograr enganche, como ya comentamos, es usar el planteamiento en el primer lugar, para así, que lo primero que el lector encuentre sea el conflicto, los problemas, la esencia del cuento. De esta manera, ¿quién dejaría de leer?
Buena idea, ¿verdad?
Nuestro consejo es que hagas una especie de brainstormnig o lluvia de ideas. ¿Qué en qué consiste? Pues en algo tan fácil como ir anotando cualquier idea sobre un tema que plantees.
Puedes usar este ejemplo para guiarte: Los protagonistas de nuestro cuento están atrapados en lo alto de una torre. La puerta que les devuelve al interior del castillo está bloqueada. Pero no les interesa dar media vuelta en su camino porque, huyendo del fuego, es como han llegado hasta el punto más alto de la torre.
¿Cómo pueden los personajes salir de esa situación de peligro?
Nuestra lluvia de ideas:
Saltar, usar magia, volar en escoba, usar su ingenio, buscar una trampilla en la piedra, valerse de su amigo el dragón, volar (en el caso de que puedan)…
Después de obtener tantas posibles soluciones, hay que jugar con las piezas para que todo encaje. Cuantas más preguntas te hagas durante el desarrollo de la trama, más fácil será ir construyendo el cuento después, porque solo tendrás que dar respuesta a esas incógnitas.
El final del cuento
El final o el desenlace de un cuento puede ser de dos tipos: abierto o cerrado. Con sus nombres ya nos dan pistas sobre lo que pasará en la historia dependiendo de uno u otro.
El final cerrado: cuando todas las preguntas obtienen su respuesta y todos los problemas se solucionan.
El final abierto: cuando no todo se resuelve y quedan incógnitas en el aire. Esto puede usarse como un gancho para otras partes. Se usa mucho cuando una historia tiene segunda o tercera parte.
Seguro que ahora tienes mucho más clara cómo es la estructura de un cuento y cómo empezar a trabajar en tu cuento. Y si ya lo tienes listo, has pensado en hacer una tormenta de ideas para mejorarlo o terminar esa nueva idea que te ronda por la mente. ¡Ánimo!
Y si necesitas que nuestras ilustradoras le den una imagen acertada a tus personajes no dudes en contactar con nosotras y te ayudaremos en todo lo necesario para que tanto la estructura de un cuento que estés escribiendo y los personajes estén al 100% como tu lo has imaginado. Ahh!!! y no olvides leer este artículo «que es un cuento» donde te explicamos, entre otras cosas, los tipos de cuentos, el formato de un cuento y algunos Okapi consejos. Seguro que te vendrán bien cuando te plantees escribir plantear la estructura de un cuento.